jueves, 12 de enero de 2023

Ventana a la escritura * Gaia


 

Consigna 643: 


Estaba echada yo en la tierra, enfrente, 

la infinita granja del parque Cornwall, 

que cubre las laderas de un cono formado

por los fragmentos de la escoria volcánica,

en la siempre bullente ciudad de Auckland.


Al frente pastoreaban unas vacas marrones 

con manchas blancas alrededor de los ojos 

sopló una brisa helada, mi cuerpo estremeció 

era época de partos y ellas, robustas, 

le hacían frente al extremo frío de julio. 


Bajo las magnolias divisé a las ovejas reunidas 

pensé en acercarme, pero los perros ladraron

protegían al ganado detrás de la cerca

manteniéndonos fuera de los bordes del prado

yo era una visitante, una extraña en su tierra.


Y estaba sola, sin amparo buscando mi destino

los rayos de sol colados entre las ramas eran pocos

me arropé con la capucha de la campera de corderito 

que había comprado en el woolworths esa mañana

¿quedarme o volver a mi patria?


Otra vez me acostaba sobre la hierba tibia

un kererū bajaba del árbol para comer la fruta caída,

que estaba a mi alrededor, hasta la drupa, 

era un ave de cabeza pequeña, plumas apretadas 

de color verde morado brillante y pico rojo. 




La quietud del aire se rompía con el ruidoso aleteo 

entonces yo, que susurraba sin voz mi pregunta,

observé su lento ascenso en empinadas parabólicas

hasta que, desde lo más alto, el kererū cantó en maorí: 

Es tiempo de volver a casa”. 




Gaia Orbe, 2022.

@nosotrosgaia

#ventanaalaescritura


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