Nadie quiere a nadie. Sólo sombras líquidas se mueven en el
aire sucio.
La pasión es la altura y la enfermedad.
El cómico ha de dejado su copa en la baranda peligrosa. La
noche es arqueada como un pétalo sobre las ventanas iluminadas.
La noche es de estrellas carnívoras.
Qué amor nos tocará la frente ácida? las paredes son desdichadas
y con musgo en el hotel donde persisto la fiebre
es alta como una adolescente con las ropas azules y mojadas.
Con un alfiler podría atrapar esa mariposa; se desliza en la luz
del foco que cae como una lágrima entre la pestaña de los cables.
Con un alfiler insistiría en su corazón.
Leonor García Hernando.
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