No se supera la infancia, se sale solamente
La mujer y el sacrificio, Anne Dufourmantelle
Acostada en el pasto mullido, las estrellas
como un techo viviente, soltaban
hilos de luz en sus ojos, igual de oscuros
que la noche. Buscaba la estrella
fugaz, el deseo
le podría conceder para soltarlo
al corazón. Durante la espera, descubrió figuras
sus propias constelaciones de puntos
brillantes
la corona, la espada, un dragón de fuego,
el caballo que trotaba, pero el príncipe
como su fugaz estrella
nunca se formaron
para rescatarla.
Andrea Larrieu.
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