No teníamos ningún mueble. Lo único que confería cierta sensación de utilidad a nuestro humilde habitáculo era la escopeta de caza de mi padre, cuyo cañón brillaba débilmente, lo mismo que la culata, que gracias a su reflejo aceitoso parecía de auténtico acero y muy capaz de dejarte el brazo dolorido con su retroceso una vez disparado el tiro.
Kenzaburo Oé, La presa.
Propuesta de escritura para hoy:
─¿Con qué objeto podrías hacer una acabada descripción de tu vivienda?
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#ventanaalaescritura
¡Compartamos leer y escribir!
Arte: #germanwendel
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