Con licencia poética
Cuando nací un ángel esbelto,
de esos que tocan la trompeta, anunció:
va a ser abanderada.
Cargo muy pesado para una mujer,
esta especie todavía avergonzada.
Acepto los subterfugios que me caben,
sin necesidad de mentir.
No soy tan fea que no me pueda casar,
encuentro a Río de Janeiro una belleza y
a veces sí, a veces no, creo en el parto sin dolor.
Pero lo que siento lo escribo. Acepto el destino.
Inauguro linajes, fundo reinos
– dolor no es amargura.
Mi tristeza no tiene pedigrí,
sin embargo mis ganas de alegría,
sus raíces llegan hasta mi abuelo mil.
Ser fallido en la vida es maldición para el hombre.
La mujer es desdoblable. Yo soy.
Adélia Prado
No hay comentarios:
Publicar un comentario