BELLS
Ahora las campanitas
Bells, Brenda Ferguson |
tintinean y algo anuncian
cómo hacen tin tilín tilín
en el aire helado nocturno
mientras las estrellas alumbran
un trineo abandonado
los cielos repiquetean
con delicioso bienestar
en una suerte de rima rúnica
una inagotable fuente musical
del tin tilín tilín
un incesante tintineo
de campanas que se agitan
II
Ahora las melosas campanas nupciales
son doradas
qué mundo tan bello desean amables
en el balsámico aire de la noche
su placer traen como derroche
con notas bien marcadas
como en tonadas
flotan en un líquido muy espeso
donde se esconde una tortuga oscura
sobre la luna
viene de pequeñas celdas sonoras
una sinfónica armonía de colores
¡cómo se derraman!
¡cómo se evaporan!
al futuro se dirigen
al rapto que maldicen
son sonoras son sonantes
campanas que vibran
son sones que repican
con su tan tan tan
son sonidos que asaltan
son sones que asaltan
III
Escuchen el alto sonido
el bronce campanea
una historia terrorífica trae su tañido
en el oído de la noche
chirrían y crujen
hacen que las almas se estrujen
demasiado para hablar
mientras comienzan a temblar
del son que los asona
desde el clamor del atractivo fuego
desde el frenético grito que azota
ascendiendo nota a nota
con un exasperado deseo
y un revuelto meneo
mirando la pálida cara de la luna
¡qué desesperante!
las campanas traen su talante
cómo se muestran y empujan
una a otra se impugnan
cuando tañe una
lo hace la otra
cómo el peligro se destila
en la furia de las campanas
su badajo pega desde lo bajo
en un son que resuena
un resonar que es consonante
son los tom tom tom
del campanario que mira al levante
IV
Ahora las campanas cobran su peaje
son de hierro
solemne su monótono son
en la quietud de la noche
cómo temblamos de frío
ante el amenazante sonido
su melancolía de corazón
por cada tono que se eleva
de la arena clavada en sus gargantas
se hace un rugido
y la gente, ay sí, la gente
que habita en el desierto y en la estepa
ellos rolan, se acomodan, moran
en la áspera y monocorde
gloria efímera
que clava una daga
en el corazón más sensible
no importa ni son
no son hombre o mujer
no son santos ni demonios
solamente son bestias
devoradoras de carne adamita
sacadas de antiguas leyendas
que guardan el tiempo y
más tiempo
en una rima que promueve desazón
cuando suena aquel son
de campanas que atronan
con tu tum tum tum
con su oscuro tum
campanas férreas
campanas que dejan sin sazón
quiebran el plexo
obstruyendo el corazón.
Texto producido en los Talleres de Siempre de Viaje, por Ricardo Czikk a partir de la traducción libre del texto original de Poe, buscando la musicalidad y la emoción más allá del sentido.
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