sábado, 11 de octubre de 2014

Inquietudes - José Lupia

Inquietudes


¿En mi cuarto soñé con la trinchera?
¿O en la trinchera soñé con mi cuarto?

Al mismo tiempo hay
un paisaje adolescente invadido por el sol
paredes de tierra húmeda que protegen...

Miles de partículas flotan en el aire.
Juegan.
Se empujan y acarician mis dedos temblorosos.
Junto mis piernas.
Coloco las manos entre ellas.
Me hago pequeño
como un niño.
Me diluyo entre sábanas.

Prendo un cigarrillo y tiemblo
por el miedo
por el frío
por esa niebla que molesta
y duele.
Me dicen que están cerca.
Una bomba es una bomba
no un arrullo.

En esta duda el tiempo se detiene.

Cierro los ojos
lentamente.
Me olvido del aire
del suelo.
Me pierdo en los colores y en el tiempo de una tarde de domingo.
Me arropa alguien que amo.

¿Quién salvará mi tarde cuando lleguen?
Cuando ya no haya espera
ni recuerdo
y me pierda
solo
en mí.

Apago el cigarrillo
cargo el arma
me tapo hasta la oreja
quito el seguro
me desperezo
la cara en la almohada
el dedo en el gatillo.

Escucho un estruendo.
Tal vez sea el enemigo.
Tal vez una vecina.
El sueño se rompe.
Abro los ojos y espero la respuesta.

Veo el mar
infinito
el mar
el mar
un bote
yo.
Un náufrago
a punto de morir de sed
agotado
envuelto en sal.

Mis párpados van a caer
los voy a dejar caer
no podrán detenerse
no pueden detenerse

Me veo en una sala cubierta de espejos
veo mi cara en los espejos
multiplicada por mil en los espejos
deformada por mil en los espejos
mareado voy a caer
confuso
desmayado
no podré detenerme.
Voy a perderme en algún sueño.

¿En el mar soñé con los espejos?
¿O en los espejos soñé con el mar?



José Lupia, 2014.
Texto producido en los talleres de Siempre de Viaje.

Emmet Gowin



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