Cuando comencé a
caminar
no sabía
desconocía el mundo
por lo menos
ése que empezamos a
descubrir sobre nuestros pies.
Hoy
algunos caminos
ya fueron andados
paré corrí salté
pude detenerme
plácidamente
o a las apuradas
me encontré
me perdí
recomenzando o
retomando
mi ruta
cada vez
desde la planta de mis
pies.
Renaciendo
percibo en mis cenizas
mojadas por lágrimas
un naranja de contornos
plateados que asoma
da calor a mis pies
los reaviva
sin quemar
estremeciéndolos
comienza a subir
aire cálido avanza
espiraladamente por
mis piernas
remolino en las
rodillas
naranjas amarillentos
se tornan rojo intenso
al reunirse en mi pubis
calor ardiente
fogata
volcán
expansión
a todo el cuerpo
suben
se contornean
rojos dorados
que abrasan abrazando
pelvis ombligo
torso
senos que levan alto
brazos manos
uñas
gotas de transpiración
no lo apagan
cabeza ojos
cabellos
narices
bocas ardientes
entremezclandonos
nos soltamos
en nuestro encuentro
el aire nos agranda
fuegos artificiales
nos quedamos
disfrutamos acompañados
el cruce de nuestros
caminos
esta fogata
encendida
será cenizas
donde nacer
andando
con los pies en la
tierra.
Viviana Redondo, 2014.
Texto producido en los Talleres de Siempre de Viaje.
Keiichi Tahara |
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