martes, 10 de marzo de 2015

MINUTO DE TERROR - Carlos Flores



Golpeaban a la puerta y ellos lo supieron: tenían visitas.
Los forasteros exclamaron que venían a conocer a la niña de ojos negros.
-Adelante-, les dijeron.
-¿Es verdad que no tiene ojos humanos?- Preguntaron sonriendo entusiasmados.
-Véanla ustedes mismos.
Fueron dirigidos hacia un dormitorio oscuro. En la cama se dibujaba un contorno, presumiblemente de un cuerpo. El olor a azufre era penetrante.
Las sonrisas se fueron borrando de sus rostros de asombro y estupor. Sintieron el líquido caliente correr por las mejillas y un hedor de osamenta.
La niña, con el rostro contra el techo, reptaba y volteaba la cabeza con movimientos circulares. Hablaba un dialecto extraño, al hacerlo babeaba espuma de cólera y odio.
El negro azabache de las órbitas parecía brillar. Sus cabellos grasosos, tenían miles de culebras venenosas, que se contorsionaban y caían al piso, desintegrándose de sed de espíritus puros.
La niña sedienta se bebió las almas de los visitantes desde sus ojos. Sus órbitas quedaron ciegas, vacías, con un color negro azabache.




Carlos Flores, 2015.

Lee Deigaard

No hay comentarios: