domingo, 12 de junio de 2016

Hemos resuelto vivir * Eva Lafranchini

  • Buenas tardes, estoy buscando mi vergüenza.
Francamente la perdí hace años,
Pero me dí cuenta ayer, cuando alguien me preguntó:
¡¿Usted no tiene vergüenza?!”
Pensándolo bien, creo que no fue una pregunta,
Más bien una exclamación.
Como sea.
Vine a ver si ustedes la encontraron,
Porque me interesa recuperarla.


  • Para ser honestos, señora, tenemos el depósito lleno de vergüenzas,
Ya no sabemos qué hacer con ellas, nadie las quiere,
Las personas pierden la vergüenza con una facilidad nunca vista!
Las dejan tiradas en cualquier parte, a la vista de todos,
Y usted sabe: ¡es tan triste ver las vergüenzas ajenas!
Por eso nos llaman, constantemente, ¿escucha cómo suena el teléfono?
¡Así todo el día!
Nos llaman y nos dicen que hay no sé cuántas vergüenzas perdidas,
Dando vueltas por Parque Patricios, o San Telmo, o Recoleta…
Es más, tenemos algunos puestos móviles en zonas de la Capital,
Son lugares donde el índice de pérdida de vergüenzas es altísimo,
Por ejemplo en la manzana de la Casa Rosada…
El puesto que está en Plaza de Mayo junta vergüenzas y memorias.
Si ve la cantidad que tenemos se cae desmayada!
Mire, le voy a ser sincero,
En los años que llevo trabajando en esta oficina
Nadie vino, jamás, a buscar su vergüenza perdida.
Y es una pena, porque algunas, sólo algunas,
deberían conservarse.


Comunicado Nº 20.809:


Hemos resuelto vivir sin vergüenza.


No seremos más el objeto precioso, de exhibición y poder, que ostentan algunos de ustedes, caballeros, cuando tienen un problema de autoestima y no quieren resolverlo.
¡No. No lo seremos!
Tampoco nos trasformaremos en clones de María Amuchástegui, o Catherine Fulop, adictas a la mancuerna y el crossfit.
¡No. No lo haremos!
No cortaremos, no aspiraremos ni electrocutaremos ningún centímetro cuadrado de nuestro esférico cuerpo.
¡No. No queremos!
Dejaremos crecer nuestros bellos púbicos y axilares hasta el largo que nos plazca.
¡No nos depilaremos!
Beberemos jugos y elixires No Diet; saborearemos deliciosos flanes, masas y tortas.
¡Y panecillos con manteca!
Prenderemos fuego al pareo que oculta del sol a nuestras caderas, lo haremos arder flambeando al viento.
¡Si. Lo flambearemos!
Somos muchas, como un océano voluptuoso, carnoso, apetitoso.
¡Desvergonzadas y felices!





Fin del comunicado.




Eva Lafranchini.

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