Salir de París a la madrugada
a regañadientes
con mi oído lleno de agua y lenguas
Salir de París habiendo conciliado
el sueño con la nueva costumbre
de las campanas
sin ruido en las calles
en las noches no poder dormir
conectada a Buenos Aires pasado:
5 horas atrás
5 siglos atrás, capa sobre capa
la puerta de este departamento es más vieja
que Argentina
Salir de París a la madrugada
trasnochada de risa y charla
pasada de chocolate Lindt a 2 euros
acarrear valijas con libros
la cultura pesa
y los libros son duros como piedras
no aflojan
lo que no cierra no cierra
y eso, al final
reconforta
los libros no cambian su posición
quién sabe yo
dónde estoy
en qué valija voy
si tengo el peso necesario o estoy
excedida
o directamente lo ligero
me tapa
Salir de París a la madrugada
con un pequeño escándalo de no querer
irme
no quiero
despertarme de este sueño
no quiero ser turista ahora que
tuve las llaves de esta puerta pesada
tanto cuesta abrir
hay que tomar impulso
coordinar las fuerzas, pasar, entrar
entonces no quiero
partir otra vez
esta emoción
empujar la madera verde clásico
casi tropezar en el adoquín de adentro
camino despacio y admirada
ya estuve acá me digo
conozco este lugar
en una película de Julie Delpy y Ethan Hawke
subimos por la escalera vieja, crujiente
tan gastada que patina, que no agarra los pies
en el pequeño hall hay una ventana
veo malvones rojos, corales contra el blanco perfecto de la pared
detalles verdes acá y allá, otras ventanas que suben y bajan
Saint-Germain es todo lo perfecto
que lo real puede
ya estuve en este lugar
quizás sólo recuerdo
quizás sólo invento por lecturas francesas
quizás es simple y es verdad
pero tengo que escapar
en la madrugada de París
me pregunto por qué
no quiero
pero tampoco sé
qué debería sentir
sobre lo que siento.
Karina Macció, 2016.
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