Y un día sucedió
atravesé la luz del cielola sombra me seguía
mi piel comenzaba a asomarse
más allá del plumaje plateado.
¿Qué sería de mí cuando no pudiera volar?
Un eco sordo clausuró mis sentidos
aún quedaban huellas de la noche astral
el largo de mi pelo arrastrando estrellas
suspendido en el aire.
¿Hacia dónde volaba a esas horas?
Me sumí en la rareza de no estar
en mi cuerpo
en el temor de no rozar
la cima de la cordillera.
Todo tan lejano.
Tristeza
y una línea contigua pulsando
mi cuerpo y su halo vital.
El aire se puso denso
mi plumaje nevó las montañas
dejé atrás
mi historia alada
lavé mi cuerpo nuevo con agua de lluvia
y me puse de pie.
Lorena Suez
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