Día 1 - 20hs -
38.5º C
Agonizo, lo sé.
Y los adultos
que hoy están a mi lado, también lo saben, aunque no quieran
reconocerlo.
Y saben que lo sé aunque lo nieguen.
¿Cómo lo sé?
No hay manera
de haberme degradado tanto en tan poco tiempo si no estuviera
agonizando.
Cuarenta y ocho horas no pueden dejarme en esto que
soy, partiendo de un adulto sano, vital y móvil.
Indudablemente he sido víctima de
algún experimento bacteriológico. Seguro, soy el primero de entre
los muchos más que pronto habrán de caer.
Todas las miradas a mi alrededor
sentencian lo mismo: "gripe".
La clave de este tipo de
atentados es que siempre parezcan otra cosa. Pero yo sé que no es
eso. Estoy seguro que no es así.
Eso que corre y se escurre por mis
narinas como agua, no puede ser otra cosa que la degradación de mis
partes internas. Esa es la ofensiva que carga la bacteria contra mi
cuerpo: toma mi sangre, mis arterias, mis huesos, mis órganos y los
va convirtiendo en “agua”. Esta mañana, en el apuro de mi
cotidianidad, apliqué un vaciamiento enérgico y reiterado de mis
fosas nasales. Salió sangre. Clara evidencia que en ese acto y
momento me estaba deshaciendo de una parte de mi corazón.
Ahora siento menos.
Agonizo. Y nadie me cree.
Ante
la duda (la de los demás), ya hablé con mis hijos. A Lucía le dije
que le dejaba las docenas de cuadernos con notas que circulan por la
casa. Se puso contenta. Tendrá más lugar donde dibujar. A Julián,
mi hijo mayor, le dejo mi reloj. Ya se lo dije. No entendió mucho el
objeto de la charla, pero de todos modos está contento.
Desconozco cuanto más va a durar
esta paulatina desintegración acuosa de mi humanidad. Quizás en
algún momento estornude y me deshaga de la mitad de mi estructura
ósea. La de la parte de arriba. Quedarán porciones de columna,
costillas y esternón diseminados en el comedor de mi casa (o dónde
me encuentre el estornudo).
Por eso, me parece de suma
importancia tomarme estos breves minutos para hacer una confesión.
No puedo irme de este mundo
sabiendo que hay algo que todos ignoran de mí. No quiero que por
desconocimiento finalmente les quede una imagen errónea de mi
persona. No me interesa que me recuerden bien o mal, si no,
justamente como soy. Por eso estoy convencido que esto deben saberlo
todos, y qué mejor esta oportunidad para que todo el mundo se
entere, a través de estas líneas.
De aquí en adelante cada uno
sabrá que hacer con esta información. Lo único que les pido es que
no me guarden rencor y entiendan que secretos de esta magnitud no son
fáciles de revelar y sólo nos brota hacerlo ante lo inminente.
El tema puntual es que yo………….
Dieciocho horas
más tarde. Treinta y nueve grados y medio de temperatura.
Me desmayé. O me dormí. Supongo.
No estoy seguro.
La situación empeora ahora vino a
visitarme una doctora. Una tal, Tempera Tura y las caras en casa
cambiaron.
Debo estar cerca del final porque
alguien dijo algo de traer un cura. Muy raro, dado mi creciente
agnosticismo y el férreo arraigo al ateísmo de Romi.
Debe ser una orden muy reciente.
Estimo de origen irlandés. En algún lado recuerdo haber leído que
en ese país son propensos a generar nuevas órdenes. Estos
parecerían ser “Los Masénicos” o algo por el estilo. Entre mi
delirio febril pude escuchar que Romi se los decía en inglés a los
chicos: “Voy por el Cura Plus…”
Dos horas después.
Mismos valores febriles.
No se si ya me encuentro en otro
plano o no.
No se si los comentarios que
pienso y que visualizo como comentarios de Facebook, realmente están
yendo a parar a ese lugar o no.
No estoy seguro de nada (mucho
menos que antes) y duele.
Para no quedar diseminado, llevo a
todos lados una bolsa en donde estoy depositando todos y cada uno de
los pañuelos descartables y servilletas que se quedan con esa parte
de mí que se escurre por mi nariz y que licúa esta bacteria. De
esta manera, en el momento de mi cremación, podrán juntar todas mis
partes para hacerme cenizas.
Cenizas que volcarán en un jarrón
que dirá: “Acá están los restos del que una vez …”
Diez horas,
posteriores a las últimas dos. Luego de muchas horas de fiebre, ya
con valores normales.
Sobreviví la noche. una noche mas
no sé q pasó pero estoy agotdo
sient mi rostr calite
me arden ls ojooooooosssss y me
duel la cabza
el resto de mi piel tambn la
sienttttttto sensibl………….
n tengo fzas parar
sosteneeeeerrrrrrme (ni p/escribr)
todo mi cuerp es
comounagranamebaconextremidads.
se ve q ya expulse grn pte de
miiiii estructura osea,
mi sistemaaaaaa de sostennnnnnn
no sé cmo va a segr evolucinndo
esto y me apena no hbrme poddo sincerar cn tjodosssssssss y cntar……
ahra n tiensentdo
ahra se q mequivoq´ EL virs atac
mi sstma motriz!
Javier Pizarro
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