Tengo un
lugar en donde guardo las cosas que no guardo.
Un paisaje
de abandono
habitado
por palabras que ya no pronuncio.
No hay
gravedad en ese espacio
sin
estrellas ni lunas
no hay
horas que empiecen o terminen.
Flotan las
caras, los nombres, los momentos;
lo
olvidado se reúne.
*
Tal vez,
en un lugar así,
ligeros de
conciencia y de materia,
vos y yo
nos encontremos.
Cuando ya
no pidan por nosotros,
y nuestras
manos no toquen
y nuestros
ojos no vean.
Cuando
seamos una de las cosas que ya nadie guarda.
José Lupia, 2016.
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