Mientras arden los
papeles, te pateo la cabeza como a una pelota desinflada. Te vuelo
todos los dientes de una sola trompada. Te saco los ojos, de a uno
por vez y con cuchara sopera. Te apuñalo por la espalda (aunque el
traidor seas vos). Te arranco los pelos hasta que se te vea el
cráneo, te quemo la piel con un destornillador caliente, te encierro
en un sótano sin luz y sin agua. Te disfrazo de cura y dejo que
revientes frente a un espejo.
Después empiezo la
tortura.
Te desfiguro la cara
hasta que parezcas un rompecabezas con las fichas mezcladas.Te licuo todos los olores hasta que olés a nadie. Y con una lija finita te
voy borrando todas las marcas, cada una de tus pecas, hasta el último
lunar. Te quito, con una paciencia que parece ternura, cada cicatriz
que te haya hecho la vida. Y como gesto final, te limo las huellas
dactilares con un bisturí.
Que nadie sepa tu
número
recuerde tu
cumpleaños
mire tu facebook
guarde tus fotos
pronuncie tu nombre
sepa quién sos
o quién fuiste.
¿Acaso fuiste?
¿alguna vez?
¿alguien?
¿quién?
¿qué?
Me olvidé.
Emma Argüelles
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