jueves, 31 de agosto de 2017

Minuto Fantástico * Sofía Brunetto

Tenía que escribir una poesía fantástica pero en cambio, me escribió a mí. Cuando empecé no había palabras, sólo dedos que tecleaban dobles y me escribían el pelo, la cara, las cicatrices, los poros abiertos.
¿Me escribían a mí o escribían una poesía fantástica? Era lo mismo, porque éramos los dedos, el pelo, las cicatrices, los poros.
Yo era yo en la poesía que se escribía en la pared, en el placard, en las cortinas y en todas las cosas que me rodeaban el instante más crudo, de la soledad de la escritura.
Yo era en la poesía, yo soy en la poesía, o no soy cuando intento escribir con tanta obsesión, que la poesía me escribe.
Le veía crecer mi pelo entre el interlineado, asomar mis cicatrices en los huecos de la letra C, abrirme los poros en las O. Fuimos un solo amasijo de palabras, pelos, y piel, un engendro de cuerpo poético, y duró lo que dura, un minuto fantástico.




Sofía Brunetto, 2017.



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