Una
señora estaciona el auto mientras grita: ¡Marina no te comas los
mocos!. Marina salta en el asiento de atrás, se come los mocos y
grita: ¡Marina no te comas los mocos con estofado!, entonces la
madre choca contra el auto de atrás y el de adelante haciendo sonar
las alarmas de ambos mientras las dos gritan al unísono. Justo cae
un meteorito aplastando el auto y a ellas que quedaron cual figuras
de libro de anatomía. Del meteorito, que se parte en el impacto,
sale un nene vestido de rojo y azul que exclama: tengo que salvar al
mundo de los malos... y sale volando. Entonces a la señora del
puesto de flores, que vio todo, le da un sincope y se caga encima
haciendo que el ciclista que pasaba se resbale y vaya a dar contra el
acueducto que estaban arreglando y un gran chorro de agua ascienda
generando una lluvia falsa. Entonces la chica china que esta sentada
en el café de enfrente piensa: chuan chin chun chen chin chong, que
en subtítulos se lee: que tiempo loco, ya no se puede confiar ni en
los meteorólogos.
Guille Manuel, 2017
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