Salí a
buscarte
en esta
última semana de julio
salí a
buscarte
en
invierno
hacia el
atlántico
y me fui
lo más al este que pude
viajé
novecientos veintisiete kilómetros
y fue
justo esta semana
en este
invierno
porque
asomaban cinco días con lluvias
cinco días
fríos
de vientos
olas
enojosas golpeando contra las piedras.
Te busqué
en la violencia del temporal
te imaginé
ancha
amplia
explotando
con cientos de brazos
como rayos
que no saben si suben o bajan.
Te busqué
en la estridencia del trueno
te busqué
con esa energía violenta
te pensé
subiendo estrepitosa e invasiva
desde el
suelo mismo
con ese
aliento que huele a humus mentolado
el mismo
que te sorprende
en medio
del bosque de eucaliptos.
Te busqué
para que
me encuentres
y te
pegues a mí como cálida humedad.
Quise
perderme en tu costa
para que
la llovizna salada nublara mi vista
para que
una vez ciego cayeras en mí
como baño
que inunda
en lluvia
torrencial
ahogando
cada poro con tu humedad.
Quise caer
rendido
agotado en
la lucha
–en
esa que siempre me dejabas ganar–
Quise
volar de fiebre
infesto en
tu delirio
en tu
tormenta
en tu
agitar
quise
quise
quise…
y me quedé en el deseo
llegué al
punto
en el
momento
en el
instante calculado para el temporal
novecientos
veintisiete kilómetros al este.
No vi una
sola nube
la brisa
apenas me arremolinó algunos pensamientos
no hubo
olas acariciando la costa
el
atlántico: un gran lago de fronteras invisibles
el sol
arrasaba las playas como si fuera carnaval.
“¡Qué
suerte tuvo!”
me
arengaban los locales
“Un
verano en pleno julio no es fácil de encontrar”.
Y yo
corrí
seguro a buscarte en la tormenta
tan seguro
como seguro estoy de que en medio de esta calma
no te voy
a encontrar.
Salí a
buscarte
desconsolado
vuelvo
porque
perdí el tino
preciso
exacto
para
volver a verte.
Salí a
buscarte
vacío
vuelvo
lastimosamente
entero
indemne
limpio
seguro de
no haber sido atropellado por vos.
Vacío y
desconsolado vuelvo
no sé a
dónde
vuelvo
no sé
cuándo
vuelvo
a ser yo
vuelvo
sin
límites ni bordes
a ser este
borroso que queda de mí.
¿Dónde
estás para fijar mis límites?
¿Dónde
estás para saber dónde estoy?
¿Cómo
hago para encontrarte?
Si
ya nada quiere hablarme de vos.
Javier Pizarro, 2018.
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