sábado, 17 de abril de 2021

Gastón * Marta Lojo

 


Es chiquito para su edad, tiene el flequillo parejo a lo Beatle. Con short y guardapolvo parece un muñequito. Tan lindo.

Su mamá es una señora coqueta, joven. El padre, Don López, es el mecánico de heladeras del barrio, un tipo correcto, muy agradable.

Gastón en el colegio juega con las nenas pero a nadie le importa. Es la década del 60 y en esa escuela donde juntan tres grados en un aula, amontonando los pocos alumnos de la matrícula, no existe el bullying.

Cuando se pone de novio en segundo grado superior se muestra como todo un romántico. Escribe cartitas donde pone “Mi futura esposa será……….”, para que la afortunada complete con su nombre. También dibuja unos labios donde deja un beso, luego le pide a su novia Margarita que haga lo mismo.

Amor infantil forjado día tras día, desde primer grado. Doña Vidala la Canaria lleva a sus dos varones a la misma escuela, a su paso recolecta los hijos ajenos hasta formar una banda. En una esquina espera Gastón, le sonríe a su novia que viene en el grupo, la agarra de la mano y siguen juntos charlando con todos. 

A ese inocente príncipe se le rompe el corazón cuando la reina se va de casa con otro hombre. El bonito sueño del que formó parte como hijo único deseado, bien amado, se terminó. Vive su adolescencia con un padre triste, lleno de conflictos. Loco e inesperado destino el que devino.

Con los años llega la facultad de Derecho. En esas lides aprovecha todas las ventajas que le permiten sus amistades, le suma a ello viveza criolla para pasar materias sin matarse estudiando. Su antigua novia también transita por esas aulas en otro turno, hasta que en tercer año coinciden en el de la noche. 


Vive en la zona de Once con un amigo. Diseña ropa que confeccionan para él, su creatividad aumenta los ingresos que le reporta la abogacía ejercida aún sin título. La antigua enamorada se lleva una sorpresa cuando lo visita para comprarle ropa, en el departamento hay una sola una cama de dos plazas. Su príncipe azul, del que tenía noticias esporádicamente, ha cambiado.

Entre otras cosas juega con el peligro. Cuando le quedan pocas materias para terminar la carrera  pacta con unos delincuentes del conurbano. Cada vez que cae en cana un cliente corre a la seccional de la zona para arreglar el tema con el comisario de turno.

Cambios bruscos, baches en su historia que de pronto se llenan con noticias nuevas que trae alguna compañera de facultad. Margarita se entera de sus elecciones desafortunadas, de parejas cada vez más jóvenes con las que se vincula a medida que le pasan los años y mejora su posición económica. Le apena saber que Gastón hoy, pasados sus sesenta años, conoce la violencia de esos amantes, en el fondo lo desprecian y se lo demuestran, no los calma el dinero que les puede dar. Ella piensa que son instrumentos para dañarse a sí mismo, no entiende el motivo de tanto castigo.

Abogado, modisto, real estate, inversor, son algunas de sus profesiones. Camaleón dañado que no sabe quién es. El muñequito con flequillo mira triste esta historia, espera otro final.



Marta Lojo, 2021.




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