Que me disculpe el verano por haberme enfermado bajo el sol
Que me disculpen mis abuelas por no haberles dicho “te amo” más seguido
Que me disculpen mis terapeutas por dudar de su conocimiento
Que me disculpen los celos por haberlos eliminado de mi personalidad
Que me disculpe la pandemia si me canso de estar encerrada
Que me disculpen mis padres por mis demandas
Que me disculpe mi familia por querer tener otra
Que me disculpen mis maestros por no cumplir sus expectativas
Que me disculpen los aficionados a la poesía por mi impertinencia al escribir versos osados
Que me disculpen la sapiencia por abusar de ella
Que me disculpen los violinistas por haber tratado de tocar sola la novena sinfonía de Beethoven
Que me disculpen las personas por confiar en los animales
Que me disculpen las modelos por tratarlas de frívolas
Que me disculpen los vegetarianos por comerme un asadito los domingos
Que me disculpen los católicos por admirar al pueblo judío
Que me disculpen las marcas por pedir que tengan talle extra-large
Que me disculpen los vecinos por gritar fuerte los goles de Boca Juniors
Que me disculpen los libros por abandonarlos por las series
Y que me disculpe Dios por dudar de él cada vez que ocurre una injusticia
Lucía Imperatore, 2021.
Liu Diu |
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