Doloroso amor
Un día más se inicia en mi acostumbrada
rutina
apago la caja que me llama
chillando
enciendo la televisión
los sonidos entran lentos en el
despertar
de esta soledad que ahora por fin
disfruto
la pava eléctrica suspira
suave
dice el periodista que el día será soleado
no necesito paraguas
el agua corre por el tubo hasta caer
en mis manos frías
pasos en la escalera, el vecino
se va temprano
dicen que el tráfico está tranquilo, no tengo que
apurarme
la tasa golpea en el plato mientras
el té suspira humo esperando
mojar mis labios
ya me vestí
encontraron a la chica perdida, escucho
los zapatos como palillos de un tambor
resuenan en el piso
un premio en investigación a un argentino
lo nombran
no deseo verlo pero
me acerco a la pantalla
está más antiguo
los cabellos arrumbados
grietas en el rostro
los ojos como siempre
tierra regada
y la sonrisa de sol
ardiendo
se fue rápido pero
me quedo
detenida en el
recuerdo
sus brazos me envolvían
una manta en invierno
su voz, un fogón encendido en noche
estrellada
sueños compartidos que eran
suyos
después, vacío
su lugar en el placard
sin avisar, la sorpresa
una cuchillada
empujarme a un pozo
en un túnel atrapada
profundo, oscuro, abandonado
vacío
pozo
cuánto tardé en salir
y ahora
el té se enfría
el tiempo sigue su curso
mientras mi cuerpo frenado
cae
otra vez.
Andrea Larrieu, 2021.
A partir de la lectura de un poema de Sharon Olds.
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