Dentro del pez
Daga de sal; ácido y verbo:
también la luz duele.
También la luz
es
insoportable, insostenible, in—
suficiente: no la quiero, no
quiero
este gusano de fuego que devora
mis pupilas como papel vegetal
[borde calcinado de la nada].
No quiero (no puedo (no sé))
caminar encorvada bajo el peso
de un albatros muerto en la garganta.
Repudio al ave, invoco al pez:
vientre casa, vientre silencio, vientre donde
desnacerse, desnadarse, des—
hacer la palabra: gestar:
gesto creador: crear
no a mi imagen, sino de mi imagen;
no copia: prolongación.
Dentro del pez, metamorfosis.
Destruir la luz, construir la luz.
También la muerte
es.
Ser madre
es
amar a los malos poemas.
Ser poeta
es
sacrificar a los hijos.
(¿Abraham o Medea?
¿Abraham o Medea?)
—Ahora, Jonás: ¿irás a Nínive?
María Elena Higueruelo.
Propuesta de escritura para hoy:
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