Nuestras maquinaciones y resultados están escritos en papel. Somos, en vida, los muertos que describe Hemingway en el campo de batalle, cuerpos inertes rodeados de hojas, eso lo sorprende, todas esas carpetas esparcidas, manchadas de barro, de sangre esas hojas que flotan sobre los cadáveres. Esos montones de papeles (...)
"No logro vivir por mí misma"
"Situación de bienestar en casa o tranquilidad en el jardín = culpa instantánea"
"Los recuerdos son terroríficos sean feli tristes o (esto es lo peor) felices"
"¿Ya llegué al final de la vida?"
o esa carpeta enorme, su carga, como ella dice, y la que la lleva soy yo. Sé que adentro no habrá ningún talismán, ningún fetiche, nada parecido a lo que Marianne Faithfull, por ejemplo, llama "su posesión más preciada", una carta en la que su padre le dice que está orgulloso de ella.
Nathalie Léger, El vestido blanco.
Propuesta de escritura para hoy:
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