el precio
y si me preguntaras por la piedra
piedrita o moneda que se arroja
a la fuente para pedir un deseo
para que se cumpla
te diría que sí que la tires
confiado en tu fe
esperanza y caridad
pero que la tires como siempre
lo hice yo: con ganas y con olvido
no hay como olvidar enseguida
aquello que se ha deseado
no se sabe si la piedra piedrita o moneda cumple
no se sabe si el deseo como flecha
apunta a su objeto
pero se vive
intensamente y sin fisura
el instante único del deseo que se tiende
se estira en la mano que lanza
en el aire que el objeto hiende
en la piedra misma que alarga su paso
antes de caer
y podría decirte siempre que en la vida
lo que más deseaba
no lo tuve, no, y
lo que más temía
se materializó con fuerza y colorido
y aquello en lo profundo de no sé qué
aquello que no me atreví a desear siquiera
como esto que ahora
ves que soy
alguien que lee que escribe poesía
que se reúne con amigos
con aquellos corazones heridos
por la flecha de la palabra
a hablar
de libros de escribir de poesía
fue siempre y sin saberse el centro
no la piedra opaca o pulida
sino más vale la perla
que como defecto sale trabajosa de la valva inútil
como un cuerpo precioso y extraño
como excrecencia de opaco brillo
como presencia de lo que no
entendemos del todo
y es la vida misma
la palabra.
Anahí Mallol
Propuesta de escritura para hoy:
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