Cuando llegó a su casa sintió un gran alivio al sacarse las zapatillas, tenía las manos y los pies hinchados. Se duchó con agua fría y se tiró a mirar televisión: primero estuvo un rato con un documental sobre escorpiones gigantes del silúrico, pero después se puso a cambiar de canales no porque estuviera aburrido sino porque estaba pensando en otra cosa y no podía concentrarse en nada. Esa "otra cosa" tampoco era muy fácil de identificar. Pasado un tiempo importante se levantó y echó alimento sobre la pecera del ajolote.
Carlos Busqued, Bajo este sol tremendo.
Propuesta de escritura para hoy:
─Describí un estado particular de la mente que no sea tan fácil de encasillar.
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Arte: #almahaser
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