viernes, 28 de octubre de 2016

Minuto Escena * Andrea Larrieu



Siempre me decía:
Sí cariño, al increparle porque dejaba sus calzoncillos tirados en el baño.
Bueno amor, cuando me quejaba porque su taza dormía sucia en la pileta. 
Entendido bichito, ante mi reacción porque no me acompañaba a ver a mamá.
Querida, tenés razón, si pretendía salir en lugar de limpiar la casa que era un desastre.
Es verdad vida, cuando enfurecía porque no le había pedido aumento al jefe.

Jamás me dijo que le molestaba mi forma de ser, mis ataques cuando hacía las cosas mal, (que era la mayor parte del tiempo). 
Bichito, amor, cariño, mi vida, solo se pronuncian si se ama.

Entonces, 
¿por qué llego a casa y encuentro el placar abierto, vacío, gritándome su abandono?
No te aguanto más, me voy. ¿Te parece que es un argumento? ¿y esta forma tan cobarde de decírmelo?
Le faltó ponerme “histérica”. Ni a eso se animó, por algo le decía que era un gallina.  
Mirá, no la firmó. Ni en la nota pudo esforzarse por hacer las cosas bien.
Hasta para dejarme es un inútil. 
¿Te das cuenta? Se fue, no lo puedo creer. 




Andrea Larrieu, 2016.
Texto producido en los Talleres de Siempre de Viaje a partir de la lectura de Roland Barthes.



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