miércoles, 31 de octubre de 2018

vos tan feliz y yo tan frágil * Maga Levin



vos tan feliz y yo tan frágil
mareada
con dudas
vos tan fuerte y yo escribiendo sobre el vacío
me cuesta entenderte
acercarme
tanta certeza junta
seguridad
que está bien ir por este camino
cómo sabés

cómo carajo sabés qué camino
qué pasos
qué futuro
te planificás de acá a los próximos cincuenta años
cómo hacés
vos y tus planes
organización, orden
y siempre te resulta
no se cómo
pero te sirve, funciona
estás “bien”

¿nunca te pasa
despertar
a cualquier hora?
en algún colectivo
momento
no entender por qué estás ahí
a dónde estás yendo
dudar
¿y si fuera a otro lado?
¿quiero realmente esto?
¿a dónde estoy yendo?

¿cómo hacés para organizarte así y que las cosas te resulten?
¿no necesitás romperte
tirar la mochila
por momentos
decir basta
dejar de hablar de lo mismo?
No dudás
Te planificás
y te resulta bien

A mi no me pasa
así no puedo
no me sale
me gustaría
lo intento
pero no me sale

con los mandatos entre los rulos
luchando con ellos codo a codo
gracias a ellos
a costa de ellos
“risitos de oro”
“la nena hermosa”
y tener que cuidar mis rulos
y ser una nena hermosa
buena alumna
sacarse buenas notas como si eso fuera una pócima tranquilizante

bueno no
no me quedo tranquila nunca
no me sale
aunque cumpla exactamente con todo
no puedo
aunque lo intente, no me sale
en el fondo
realmente
pienso
qué antipoética es la tranquilidad

maldita tranquilidad
malditos consuelos
siempre con los rulos bien peinados para que estén controlados
vestirme bien
como si hubiera un “buen vestir”
los colores combinados
que no desentone ninguno
que hagan juego,
cada tono en su exacto lugar

y todo esto para decir que no puedo acercarme
no puedo tocarte así
calculador
no entiendo cómo hacés para no necesitar escribir poesía, por ejemplo
cómo hacés
cómo hacés para quedarte tranquilo
dónde está tu intensidad
no puedo tocarte si sos perfecto
combinado
exitoso
y sin dudarlo
y sin llorar
si salís al mundo así
entero
café con leche con tres medialunas
ni más ni menos
y las cosas siempre te resultan

el deseo disciplinado
disciplinador
no puedo tocarte porque no encuentro tus sinsentidos
tus dudas
tus no sé

yo, que soy ondeada
que me caí veintisiete mil veces
me echaron de un trabajo
reprobé materias
perdí amigos
tomé malas decisiones
me equivoqué
lloré mucho
lloro
el mundo me tiembla
y a veces me lo permito
tiemblo
no como palabra bonita
o poética
me tiemblan las piernas
las axilas
me duele el pecho
me emociono
lloro las dudas
los nudos
los rulos enredados que no saben para dónde ir
los puentes que no llegan
las posibilidades infinitas

mostrame qué hay adentro de vos
dale, me intriga
hasta las paredes más firmes tienen grietas
fisuras
de eso estamos hechos
a través de ellas vivimos

que respiren las cosas
no que “funcionen”
darle lugar al vacío
la poesía
la ansiada y temida
eterna
erótica
intranquilidad




Maga Levin, 2018.


Wassily Kandinsky

lunes, 29 de octubre de 2018

Florecer * Soledad Arienza



Los floripondios se fueron gestando de a poco, como lagrimitas estampadas dentro del cráneo con fines decorativos. Descubrir su presencia y palparlos por primera vez fue un acto insumiso, colmado de una delicia transgresora. 
Se entrelazaron en mí subrepticiamente, con una elegancia perseverante. Por las mañanas eran densos, sus colgajos húmedos se bamboleaban con fiaca, como koalas somnolientos interrumpidos en una siesta. A medida que pasaban las horas, se secaban, tornándose frescos, brillantes, con apariencia vital. Nadie los notó, nunca. Eran míos, íntimos, como esos secretos cotidianos que rememoramos en la cama durante una tormenta.  
Los floripondios no pueden ser descriptos porque, al hablar de ellos, se desvanecen. Hay que abordarlos de manera oblicua, con delicadeza. Son sombras que despliegan su contorno en el interior de la mente, manchas tornasoladas que buscarán hacerte tropezar cada vez que puedan. Camaleónicos, vengativos, te van a hacer creer que estás acompañada, cuando en realidad estés charlando con un interlocutor transparente. Se posan en lo más mullido del pensamiento, conversando en un parloteo tenue que, a la larga, se hace espeluznante. La única vez que intenté callarlos, terminé atada de pies y manos, en una cama blanquísima, con espuma a los costados de la almohada. 
Su locuacidad no es el mayor problema. Lo más perturbador es su tacto aterciopelado, su densidad peluda. Acaparadores furtivos, no se conforman con colonizar los vericuetos de la racionalidad. Acechan y descienden, contundentes, hacia el centro. Anidan en el huequito donde yace la personalidad, te la nublan. Escupen sobre ella de manera voraz y la retuercen hasta que queda irreconocible. 
Digo que vivo. Me pegoteo entre los otros cuerpos en las multitudes para intentar desprenderme de este ajuar cada vez más pesado. Espero con espanto la primavera, cuando todo florece.  



Soledad Arienza, 2018.


miércoles, 24 de octubre de 2018

Presentación de Sumergida * 26/10



después del fuego
el agua llega con un abrazo
llega fresca
junto a una respiración profunda
lava las manchas negras de las paredes
reconstruye cada dedo agujereado
limpia los ventanales empolvados
embebiendo los huecos
y me invita a sumergirme
dejarme acariciar
una mano
varias
llenas de amor
con los días sanar
mirar los atardeceres abandonados
encontrar esperanza
invadirnos de sol
árboles
sensaciones
dislocar palabras
decir
ahora todo
tiene sentido

Sofia Ciravegna, Sumergida,
Viajera Editorial, 2018.



Viajera Editorial presenta:

Sumergida
de Sofia Ciravegna
Ilustrado por Gonzalo Zarba

Participan
Ine Silvestre con su danza
Video de Sofia Ciravegna y Nicolas Della Valentina
Karina Maccio Gabriela Aristegui Lucila Jazmín y Eugenia Coiro con sus lecturas y perfo
Música de Milagros Almeida 

sábado, 20 de octubre de 2018

Mujeres libanesas * María del Carmen Sarquís




Venían marchando
cantando
vibrando
Épocas difíciles
sueños postergados
la liberación llegó
después de tantos años…!


Dejaron familia
soltaron su ego
soñaban lograrlo
no sabían cuándo


Sacaron sus máscaras
cabellos al viento
Sus largos vestidos
al piso arrojaron
muestran sus figuras
totales, desnudas
ya plenas
ya en blanco


Quieren
cambiar su rutina
retornar distintas
empezar de nuevo


¿Cuántos años presas
de rezos, mandatos
temiendo al deseo
no siendo escuchadas?


Ahora,
sin miedos
sin tapujos
libres
 liberadas
Ahora,
ya las comprendieron
gritaron sus nombres
abrieron sus brazos
besaron sus manos


Venían marchando
cantando
vibrando
épocas difíciles
sueños postergados


Sus sonrisas claras
altas sus cabezas
libres
   liberadas
encuentran la calma


Se unen
se hablan
cuchichean ideas
exponen razones
escuchan y aman


Mujeres valientes
en épocas cerradas
soñaban estar solas
en tiempos de opresión
Cumplieron con sus sueños
la libertad comienza
a seguir marchando
cantando a viva voz




María del Carmen Sarquís, 2018.

Ferdinando Scianna

viernes, 19 de octubre de 2018

Rododendro * Ivana Pizarro




Voy caminando al Abasto. El ritmo es diáfano y amigable para mi sistema cardiovascular. No llevo contador de pulsos y pasos pero sé que mi corazón está trabajando correctamente. Es una caminata liviana y a la vez rápida. Sacando a algunos transeúntes como esta que va delante de mí voy tranquila. La mina va con la cabeza un tanto inclinada hacia adelante, seguro está con el celular. Pienso pasarla por la derecha y apuro el paso. Casi la alcanzo pero ella en modo tortuga se inclina a su diestra. Es una de las causas del zigzagueo que tanto me molesta. Vas con tu mejor performance y cuando pensás pasar por un lado se ladean en cámara lenta hacia la misma dirección. Logro pasarla y confirmo mi hipótesis: la señorita va con el rectángulo bobo en su mano. Sigo en mi andar y decido ir por el lado de la pared. Ahí viene un goma con auriculares. No me ve, no me ve. Acelero y me lo llevo puesto. No entendés, flaco, le digo, que si voy pegada a las puertas vos tenés que correrte porque yo no tengo a dónde ir salvo ponerte. Ahora sí acuerdo conmigo misma que definitivamente voy a diseñar un manual del peatón. Del buen peatón. A ver si de una vez por todas aprenden a caminar por sus propios carriles como en una pileta de natación. Se nada por la derecha, siempre. ¿Tan difícil es combinar agua y tierra? Por fin voy sola, a una velocidad casi de marcha. Freno de golpe en la esquina.
Es en este momento cuando comprendo el origen de mi fobia a las bicisendas. Acuden a mí fotos de Holanda donde la gente va anaranjadamente feliz en sus vehículos de dos ruedas. Estoy parada en la intersección de las calles Guardia Vieja y Billinghurst donde no hay semáforo. Las direcciones del tránsito son cuatro: a mi izquierda, ciclistas en doble mano; a mi derecha, autos y ciclistas, en doble mano también y al frente, autos. Bajo el pie derecho mirando hacia mi derecha. En mi oído izquierdo escucho un cuidado bicicleta y mi pie sube al unísono a la vereda. Ya sé que por ahí no va. Miro hacia mi izquierda y veo uno, dos, tres ciclistas en fila que vienen hacia mí. Cornetitas y otro aviso de cautela que no suena anaranjado. Ya los vi, la concha de su madre, no es necesario el grito primate y ese sonido pedorro de la bocina. A mi derecha, un auto a una velocidad digna de ser considerada alta junto con dos o tres ciclistas que parecen salidos del KDT. En la esquina, de frente, un auto toca bocina porque quiere pasar y no lo dejan. Eso de que el que va por la derecha tiene paso acá no se aplica. Sigo enhiesta en el mismo lugar pensando cómo voy a hacer para cruzar. Llamo a Sara y le aviso que estoy quince minutos demorada. No puedo decirle la verdad. Investigo en mi cerebro las variables posibles y no hay caso, ninguna es efectiva. Pienso en Moisés cuando abrió el Mar Rojo y no me interesa ese milagro. Sólo quisiera tener su cayado para matarlos a todos en este mismo instante.

Soy la espectadora de un videojuego. Harta de las cornetitas vetustas y las alertas de peligro decido ser protagonista e ingreso. El objetivo es cruzar la calle sin que nadie te pise y matar a la mayor cantidad de ciclistas y conductores de autos. Para ello hay una lista de cinco poderes pero tenés que elegir uno. Yo decido convertirme en una planta tóxica que escupe pelotas parecidas a los gremlins. Cuando la bola toca el asfalto se transforma en un vegetal asesino. El videojuego es en castellano, por fin.
En la pantalla gira con efecto 3D la frase Meté la ficha. Pongo el fichín y una voz metálica dice COMIENZO DEL JUEGO. Gardel canta “No voy en tren voy en avión no necesito a nadie, a nadie alrededor”. BIENVENIDA AL CRUCE DE CALLES SIN SEMÁFORO. NIVEL 1. ES USTED UN RODODENDRO Y EL DESAFÍO ES DAR DE BAJA 5 OBJETIVOS. TIENE 5 PELOTAS/VIDAS. Acompaña la música de la Mujer Maravilla. De vez en cuando tira un Guondergumaaaan PARARÁ PAPÁ PAPÁ. No pudieron pasarlo al argentino, parece.
Bajo con el pie derecho a la calle y una pelota sale de mi boca. Viene una ciclista por la izquierda (la misma yegua que me rompió el tímpano avisando que pasaba) y le da en la frente. La redonda se convierte en planta venenosa y la mata. De su cuerpo emerge un rectángulo azul con el nombre del vegetal y el puntaje obtenido. Floripondio. 5.000 puntos. PIRÍ PIRÍ PIRIBIBÍ. Dos pasos más, otra bola y un auto volcado. Baja a toda velocidad una ambulancia ovalada y salta un tipito como el de Sugus. Saca al conductor y le pega en la cara. No responde. Rojo. Hueso de Fraile. 10.500. Marcha fúnebre. Un rectángulo fosforescente anuncia puntaje extra por muerte agónica. 60.525. En la mitad de la calle escupo otra y el auto que viene de frente se lleva puesto a un ciclista que va por la derecha. Verde. Cornezuelo de Centeno. 25.000. Me doy vuelta y escupo la cuarta. Dos ciclistas chocan entre sí. Amarillo. Yerba Loca. 30.000. Guondergumaaaan. Caen lazos dorados que inundan la pantalla. Señal del paso de nivel. Gardel canta Caminante no hay camino, se hace camino al andar. FELICITACIONES, HA PASADO AL NIVEL 2. LE QUEDA 1 PELOTA/VIDA. VA DE YAPA 1 MÁS.
Estoy parada en la esquina. Alguien me toca el hombro y me pregunta si estoy bien. Me doy vuelta (es un ciclista). Le pregunto por qué me pregunta si estoy bien. Él me dice que hace un rato que estoy ahí parada haciendo movimientos extraños. Ah, le digo yo, soy epiléptica. Él me mira fijo y me dice que nunca vio una epilepsia vertical. Yo que sí, que estoy dentro del 0.01 por ciento de quienes la padecen en el mundo. Sonríe, se sube a la bicicleta y comienza a pedalear rápido con el culo en el aire. El celular vibra en el bolsillo trasero de mi pantalón. Tengo quince llamadas perdidas de Sara.

Ivana Pizarro, 2018.






miércoles, 17 de octubre de 2018

Hoy me quedé solo * Nicolás Sergi


Hoy me quedé solo
y me desorienta la ambigüedad del sentimiento,
estar acompañado me lastima
quedarme solo me preocupa.
Estoy solo
triste
preocupado
y, aun así
no sé si es tragedia o sale el sol.

Estoy de luto
algo murió
se fue
se perdió.
Con eso algo mío murió también.

Estoy enterrando mil muertos
todos conocidos
la mayoría familiares y amigos
y con cada cajón sepultado
se va de recuerdo un pedazo
del yo que fui.

Me enterré íntegro
dividido en mil cajones
ahora los compañeros de mi pasado
son cadáveres
y en mi presente
me persiguen espíritus
almas en pena.

No siento culpa
sólo soy un sepulturero
los cuerpos estaban listos
para ser enterrados.

De sepulturero me queda poco
nada queda mío por enterrar
estoy por completo
tres metros bajo tierra.

Voy a renunciar
tal vez jubilarme
dedicarme a otra cosa
a ignorar espíritus
o cazar fantasmas
ahora que quedé solo
triste
alegre
confundido
creyendo que no hay vida
más allá del cementerio,
que eso era todo
pero parece que no
que no hay que estar muerto para enterrar gente
aunque haya dejado de souvenir en cada féretro
un pedazo de mi ser
hasta deshacerme por completo.

Tengo la conciencia tranquila
de saber que hice lo mejor que pude
que los reproches de los no vivos no me corresponden
que voy a tener que aprender a vivir con eso
y saber que es eso o el cajón.



Nicolás Sergi, 2018.


Francis Bacon




lunes, 15 de octubre de 2018

Algunas actividades poéticas para esta semana

Agenda poética de la semana 
15/10 al 21/10


Miércoles 17 de octubre de 10 a 13:
Lectura en Taller de Poesía APOA en el Moyano. Hospital Moyano. Brandsen 2570 CABA. Con la participación de Marimé Ruda, Alicia Saliva, Karina Macció y los poetas de la juntada de APOA. Coordina: Daniel Grad.


Jueves 18 de octubre: 
18 a 21hs. Mesas de lectura en Salón Perón, Legislatura CABA, Perú, 160. Leen: Sabrina Barrego, Rocio Ranciari, Sofía Storani, Lorena García, entre otros.


Viernes 19 a las 20: 
Poesía a la parrilla cumple cinco años: Lecturas de Diana Bellessi, Valentina Vidal, Camila Fabbri, Santiago Marini, Francisco Moulia, Martín Wilson, Milagros Perez Morales, Martín Sancia Kawamichi En librería Notanpuan. Chacabuco 459, San Isidro


Viernes 19 a las 21 que son más: De chancleta a Barceloneta:
Leen Gabriela Tavolara, Valentina Nicanoff, Lore Di Scala, entre otros.
Música de Aripa. 

Viernes a las 19: en Caburé libros, México 620. Velada literaria sobre Victoria y Silvina Ocampo. Infancia, Feminismo y crueldad. Mariana Dimópulos, Betina González, Karina Karina Maccio, Adriana Mancini. 
Coordinan: Ana Ojeda y Jimena Néspolo. 

Sábado 20 a las 19: Hilos presenta el nuevo libro de la poeta Susana Vilalba. En la Casa de la Lectura. Lavalleja 924, Villa Crespo.


domingo, 14 de octubre de 2018

Fui al río * Mari Cambareri


Fui al río
y lo sentía
lejos
distante
visité el río
caminante de costas extrañas
lo bordeé
descifrando su lenguaje
de goteos claros
y piedritas insurgentes
la corriente decía
o más bien parecía
decir cosas
me esforcé por comprender
por capturar el ritmo
cortado
burbujeante
poco preciso
¿pero acaso no debería fluir un río?
la corriente decía
cosas
que no entendía
era yo un río en la costa
era mío el ritmo cortante y desparejo
míos los goteos claros
y las piedritas insurgentes
me atravesaba un río
turbio
purulento
corría el río en mí
buscando cauce abajo
su desembocadura



Mari Cambareri, 2018.
Rosario.



Velada literaria en Caburé * 19/10



¡Este viernes! 
En Caburé Mariana Dimópulos, Betina González, Karina Macció, Adriana Mancini. 
Coordinan: Ana Ojeda y Jimena Néspolo.
Las hermanas Ocampo: Infancia, feminismo y crueldad.




martes, 9 de octubre de 2018

Algunas actividades literarias para esta semana!



miércoles 10

Feria de editoriales independientes y lecturas de poesía en el patio de la Facultad de Filosofía y Letras. Puán 480. Leen Karina Macció y Axel Levin. 
Por la noche: Literapunk Edición octubre! Intervienen el micrófono: Anto SA Karina Maccio Iván Silvero Cecilia Perna Analia Bustamante LOS VAMPIROS DEL MAR NEGRO (Marfa Monotributo & Diego Julio) Santa Fe 4560. A partir de las 20.  


jueves 11

Performance: las palabras que faltan. Lectura de Anne Carson y Elisa Carricajo. Traducción de Laura Witner. Se construye como una cadena de traducciones que une ideas y personas para llegar a una puesta en escena dísica y sonora que va tras los rastros de Safo.
En el marco del FILBA. A las 21:30 en el Centro Cultural de la Ciencia, auditorio c3. Godoy Cruz 2270.

sábado y domingo
Libros al aire libre, lecturas y música en la Plaza República del Perú, al lado del Malba. Desde las 16. El domingo: Raúl Zurita! En el marco del FILBA.
Consultá el resto de las actividades del festival en www.filba.org.ar

domingo 14
Comienza La Juntada APOA. Es el décimo año de este festival internacional de poesía joven. A las 17:30 apertura con performances, proyecciones y lecturas en el Centro Cultural Haroldo Conti, Av. Libertador 8151.
facebook.com/APOA.ASOCPOETAS/





(Te) extraño * Lorena Di Scala


Te extraño
y en cada extrañar(te) me separo un poco


fracciono mi cuerpo en partes   disímiles
la  distancia  se impone  entre cada pedacito
floto desarmada y me observo
de lejos
me observo


c a d a  v e z m á s  d i v o r c i a d a
(d        e    m í)


en cada nuevo extrañar(te)
me observo


alejarme más y más

mi(rar)me  no reco(no)cerme
entre tantas partículas mías
propias  ajenas


es eso
me autoenajeno
es eso
me autoenajenás


la (me)lancolía es un gran cuchillo
corta la carne como hilos de agua
se cuela la materia a través  del a i r e
ya no somos los mismos
(me)ras divisiones (te)rritoriales del cuerpo
la repartija del corazón abierto
en múltiples hojas de vidrio
que
     bra
          di
             zas


(Te extraño tanto
                            tanto
                   tanto
que me extraño de mí misma. )


Lorena Di Scala, 2018.


Bruce Gilden