jueves, 22 de abril de 2021

Escribimos Pessoa * Marcela Manuel

 

Escribimos Pessoa.


Era la mañana
la mañana de esas en que nada parece despejar la bruma de mis ojos
la mañana
que me aborda a través del vidrio de esa ventana
un tenue rayo de sol cambia la atmosfera del cuarto
la atmosfera de esta habitación habitada


Era la mañana de esas tantas donde el sonido del vapor se entremezclaba con la nitidez de una experiencia lucida
tal vez vívida
el sonido, la experiencia lúcida que me traía a este rayo tan tenue de sol, en la imperceptible continuidad de un entresueño, de pie, con la mano izquierda llena de tabaco, con la espalda encorvada de tanto fijar la vista en las minuciosas y casi irreconocibles letras de la hoja que mi mano derecha sostiene.

Esa mañana en donde parecía que era aquello que había soñado escrito pensado o animado a ser, era , tal vez, siendo
la nitidez de la luz atravesando la humareda de la noche
la mar revuelta de tifones oscuras
en el sinsentido de las noches lunas en la mañana de mi cuarto

Era la mañana de la nada consistente notica de ser en medio de esta sorpresa: hay luz, hay afuera, hay otro lugar fuera de este lugar que habito

Era un ejercicio desconocido, sentir los ojos cansados, la arenilla en los parpados, era una masa de humores moviéndose en la mínima geografía de todo cuanto puede entrar en una línea, un renglón , unos metros cuadrados, un sueño infinito

Así las cosas, aún así, en este devaneo cuasi absurdo y pretencioso, recuerdo esa mañana como un despertar iluminado: el ojo fijo en la hoja, la trama suspendida de la luz y el humo, la espalda casi haciendo sombra sobre la letra y la pinotea
amurada mi vista en el horizonte lineal de algo escrito.
Recuerdo esa mañana y me recuerdo siendo quien condensa en sí todas las sensaciones que se pueden sentir al bajar a tierra después de una larga, larguísima travesía por mar abierto.

Era, entonces, la mañana en donde me recuerdo a mí, en esa íntima algarabía de la existencia de ser, sin tristeza por eso que no fui, siendo esto que soy, recordándome en los albores de ser, sí, decididamente siendo, perplejidad absoluta, sobresalto, sorpresa, desconocimiento, alegría, incomprensión, ningún remedio para ningún mal.

Hoy mi mirada es nítida: memoria escena acontecimiento, apartada la nada sofocante de no ser aún siendo quien era, apartado el sinsentido de la negación del ser, la muerte de la cosa, el subterfugio de la letra interponiendo millares de leguas entre eso sabido de ser.

Miro, la ventana, recuerdo el albor del sonido, recuerdo el murmullo de la calle, la estridencia del vapor llegando a puerto y recuerdo, claro, el más lindo despertar a fuego lento.



Marcela Manuel
, 2021.







No hay comentarios: